Un árbol y un café

Quieres conocerme y entenderme,

saber quién soy.

Descubrir mi alma desde el interior,

navegarme como a un lago.

Quieres saberme tuyo completamente,

que son tuyas mis noches y mis mañanas.

Quiero sentarme bajo un árbol,

leer y que escuches.

Sentir el sol arar mi rostro y mis manos

por café y pan para ti y para mí.

(Que el café sea para ti primero,

el mío sin azúcar por favor).

Ay, amor, queremos tantas cosas,

pero no es mucho pedir un árbol y un café.

Quizá ese café especial que te gusta tanto,

quizá eso sea difícil amor,

realmente, no lo sé…

Y si no pedimos nada, sino que agradecemos,

ya sabes, por habernos conocido…

De entre todos los seres de este planeta

no es coincidencia haber coincidido.

Ni es poca cosa tampoco

que, desde la noche aquella,

sigamos soñando el sueño…               

que juntos dormimos.

Y si no pedimos nada,

sino que agradecemos,

ya sabes, por eso del amor, el presente y el vino,

carpe diem, dolce far niente y El Arroyito,

por las veces que no te fuiste

y te quedaste conmigo,

de ayer hasta hoy

de lunes a domingo…

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